En el entorno bancario actual, caracterizado por una feroz competencia y una creciente presión regulatoria, contar con una herramienta de rentabilidad y la consideración de la rentabilidad ajustada al riesgo, conocida como RORAC (Return on Risk-Adjusted Capital), se han vuelto absolutamente esenciales. El RORAC constituye el cimiento sobre debe descansar la estrategia financiera de las entidades bancarias contemporáneas.

 El RORAC como Guía Fundamental 

Contar con modelos de rentabilidad y Rentabilidad Ajustada al Riesgo, representada por el RORAC, se ha convertido en la brújula estratégica que orienta todas las decisiones financieras en la banca moderna. Desde el establecimiento de tasas de interés hasta la evaluación de préstamos y la gestión de riesgos crediticios, esta métrica se convierte en el factor determinante para asegurar que un banco esté efectivamente generando valor.

Fijación de Tasas de Interés o Modelo Pricing

En el proceso de establecer tasas de interés, las entidades bancarias recurren a modelos de pricing basados en el RORAC para determinar las tasas óptimas que maximicen la eficiencia en la utilización del capital sin poner en riesgo su solidez financiera. De manera análoga, al evaluar préstamos y gestionar riesgos crediticios, el RORAC permite una evaluación precisa de la rentabilidad y la recuperación de fondos.